Orientar todo el trabajo diario a la obtención de resultados es un objetivo que comparten los profesionales en el ámbito de las empresas privadas y públicas.
Sin embargo, quienes buscan hacer una carrera estatal también necesitan formarse en un conjunto de competencias que son propias de las entidades públicas y que pocas veces son abordadas en los programas de formación profesional.
La Ley del Servicio Civil, más conocida como “Ley Servir”, es la herramienta que en los últimos años ha impulsado un cambio dentro de la estructura pública del Perú. El objetivo de esta legislación es crear un sistema único y exclusivo para las personas que prestan servicio en las entidades del Estado.
Uno de los aportes más importantes de la Ley Servir fue crear el perfil del gerente público. A continuación presentamos algunas de las habilidades y actitudes que pueden ayudar a los profesionales a tener una carrera pública y ascender en las distintas posiciones de las instituciones locales, regionales o nacionales.
Si te gustaría profundizar aún más tus conocimientos en este campo, también tienes la opción de estudiar una Maestría en Gestión Pública y Políticas Públicas.
¿Cuáles son las tres competencias claves para un funcionario público?
Más allá del área profesional específica del funcionario público, lo importante es que esta persona sea capaz de desarrollar este conjunto de habilidades, destrezas y principios para desempeñarse con éxito.
1.- Vocación de servicio
Valorar las necesidades de los distintos grupos y entender la importancia del bien común por encima de los beneficios personales es crucial para que una entidad pública preste un mejor servicio.
Al igual que sucede con quienes trabajan para las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) o colaboran en un gremio profesional, estas personas tienen que desarrollar una capacidad para escuchar y entender a los usuarios que atiende el organismo público para el cual trabajan.
La vocación de servicio puede resumirse como esa capacidad de brindar una atención informada, oportuna y cordial, tanto al público general como a cualquier persona de las minorías que integran la sociedad. Pero, además, debe entender que se encuentra en una posición en donde la prioridad es ayudar a los ciudadanos y resolver sus problemas.
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2. Orientación a resultados
Un buen funcionario público es alguien que no solo trabaja para alcanzar metas sobre el número de personas atendidas en su institución, sino aquel que también se asegura de cumplir estándares de calidad en cada paso del proceso que desarrolla.
A diferencia de los profesionales que trabajan para las empresas privadas, en donde los recursos a disposición son más amplios, quienes forman parte de la estructura pública necesitan enfocarse en valorar cuáles pueden ser las vías para optimizar el uso del presupuesto y de las herramientas que tiene a su alcance.
Estos profesionales, además necesitan tener muy presente que dar respuesta en los plazos requeridos puede significar la diferencia en la calidad del servicio y en la vida de una persona.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando se incumple con una entrega pautada de un lote del Documento Nacional de Identidad (DNI) en una localidad o cuando se extiende más del tiempo necesario el mantenimiento del sistema de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat).
3. Visión estratégica
Otra habilidad que deben desarrollar los profesionales interesados en unirse al servicio público, es anticipar circunstancias, sortear obstáculos derivados de temas políticos, calcular riesgos y planear acciones en función de posibles escenarios futuros.
Los funcionarios públicos que sean capaces de desarrollar una perspectiva a largo plazo, alineada con los objetivos generales del país, son cruciales para el crecimiento interno.
Puede pensarse a priori que la visión estratégica es algo que solo le corresponde al gabinete ministerial o a los altos gerentes de la función pública, pero esto no es cierto. Por ejemplo, un jefe de compras que revisa la calidad y el rendimiento de los productos de limpieza utilizados en los edificios públicos, puede ayudar a ahorrarle miles de soles al año al país.
Generar relaciones positivas en el equipo de trabajo y tener la capacidad de influir en otros para lograr los objetivos institucionales, son otras de las dos grandes habilidades que todo funcionario público necesita desarrollar como parte de su carrera para alcanzar el éxito.
Identificar cuáles son las destrezas personales imprescindibles para la función pública y cómo fortalecer aquellas competencias administrativas y actitudes útiles para lograr el éxito en el sector estatal, es parte del programa de estudio de la Maestría en Gestión Pública y Políticas Públicas que ofrece la Universidad Católica San Pablo.
Si entre tus metas personales está alcanzar una nueva posición gerencial dentro de la carrera pública, entonces este programa profesional puede ser la llave que te brinde las herramientas necesarias para mejorar tus resultados y que te ayude a ser parte de un servicio público de calidad, que beneficie a todo el Perú.