Antes de la primera cuarentena de 2020, solo 5 000 personas con empleo formal y privado en el país, trabajaban bajo la modalidad de teletrabajo. Doce meses después, el crecimiento de esta forma de empleo fue exponencial. A marzo de 2021 —a nivel nacional— eran 226 000 trabajadores bajo este régimen o el de trabajo remoto.
En Arequipa, diversas instituciones públicas y privadas, adoptaron este tipo de trabajo debido a las restricciones en las actividades presenciales a consecuencia de la pandemia del COVID-9. Esta modalidad en la región, de acuerdo con Mauricio Matos, socio de EY y profesor de la Universidad Católica San Pablo, en diversos casos vino para quedarse.
Matos afirmó que el entorno laboral cambió en el último año. “Una situación como la que teníamos hasta marzo de 2020, definitivamente, no volverá a ocurrir. La realidad es distinta”, apuntó. En ese sentido, las nuevas formas de empleo en muchas organizaciones, perdurarán más allá de la actual pandemia.
“Quizás no tengamos esquemas [de trabajo] tan draconianos, como los que tuvimos en las cuarentenas obligatorias, pero sí tendremos esquemas mixtos con carácter permanente”, explicó.
Es decir, las modalidades de trabajo remoto y teletrabajo, permanecerán en las organizaciones, no de forma total, pero sí en diversos puestos, por lo que habría empleados con un régimen de trabajo presencial y otros desde casa.
La naturaleza del trabajo es un factor determinante para estos cambios. “Básicamente los sectores de servicio, call center, mesas de ayuda, etc., son labores que se harán eventualmente de manera remota”, indicó Matos.
Arequipa
Si bien no hay cifras de trabajadores remotos y teletrabajadores en Arequipa, de acuerdo con Matos, estarían en el mismo orden de las cifras nacionales. En todo el país, los empleados formales privados (bajo esas dos modalidades) representan 7% del total.
En nuestra región a marzo de este año, eran 178 269 los empleados formales privados, por lo que —aplicando ese porcentaje— el número de trabajadores en casa sería de poco más de 12 mil personas.
Según Matos, muchos de estos puestos de trabajo y otros más, adoptarían esta modalidad de forma continua, puesto que ya hay empresas arequipeñas que preparan lineamientos laborales en ese sentido. “Sí, hay algunas empresas que vienen implementando políticas de teletrabajo con la vocación de ser mixtas y permanentes en el tiempo. Se están ordenando contractual y salarialmente para tener una estructura que sea permanente en el tiempo”, indicó.
EL DATO
Las cifras nacionales tampoco reflejan la realidad completa de este tipo de trabajo, ya que no registran a los empleados informales, ni públicos.
Sin embargo, no hay empresas que hayan decidido migrar al teletrabajo de forma permanente y total. “En Arequipa no he visto ni un caso de empresas que hayan decidido al 100%, convertirse al teletrabajo o hacer trabajo remoto de aquí en adelante sin operaciones físicas”, dijo Matos. A diferencia de Lima, que tiene casos de reestructuración completa.
La norma
En el país, para este tipo de empleo hay dos normas, la del teletrabajo y la de trabajo remoto. Si bien comparten la característica no presencial, tienen diferencias en cuanto al tiempo y tratamiento del empleado. “El trabajo remoto, recién se reguló a partir de la normativa sobre el estado de emergencia sanitaria y nacional, y su duración será temporal. Ha sido prorrogado hasta el 31 diciembre de 2021”, explicó Matos.
Por el contrario, el teletrabajo, tiene vocación permanente y está regulado desde el año 2013. En cuanto a las diferencias de fondo, para el teletrabajo se requiere un acuerdo entre el empleador y el empleado. “Dentro de este acuerdo, debe haber otro respecto a la obligación del empleador de otorgarle herramientas al trabajador y cubrir gastos de teletrabajo”, detalló Matos.
Cabe resaltar que el trabajo remoto, no requiere un acuerdo y se da en el marco de la actual coyuntura sanitaria. “El trabajo remoto es una medida que puede ser implementada unilateralmente por el empleador”, precisó.