Experto en temas ambientales de la San Pablo, hace llamado a la población y autoridades para asumir responsabilidad
Las mascarillas se convirtieron en un elemento indispensable para proteger a las personas del temible COVID-19, pero también se han transformado en un potencial factor de contaminación, tanto para el ser humano como para el medioambiente y lo peor de todo, es que aún no reparamos en la importancia de asumir una estrategia adecuada para su disposición final.
Es por ello que el especialista en temas ambientales, Benigno Sanz Sanz, hizo un llamado a las autoridades locales y regionales, sobre la urgencia de monitorear el destino final de estos residuos a fin de evitar no solo focos de contagio ante la inminente ‘tercera ola’ de la pandemia, sino prever su impacto en el medioambiente.
“No ponemos atención a los deshechos biológicos y potencialmente trasmisibles del virus, que generan las personas infectadas y que acaban junto a los residuos domésticos en los botaderos de la ciudad”, advirtió el también docente del Diplomado de Posgrado en Gestión Pública Ambiental, de la Universidad Católica San Pablo.
Sanz recordó que, como parte de la estrategia de las autoridades sanitarias, toda persona infectada debe cumplir un periodo de aislamiento obligatorio en su domicilio y durante ese tiempo, genera residuos altamente contaminantes que deberían tener un manejo especial.
“Producimos excesos de elementos, sustancias y compuestos que acaban en los diferentes componentes de la naturaleza, como el agua, suelo y biodiversidad, y esa sobreacumulación genera desastres ambientales”.
Benigno Sanz Sanz, docente del Diplomado de Posgrado en Gestión Pública Ambiental, de la Universidad Católica San Pablo.
“No decimos que el botadero [que recibe estos residuos] es un potencial foco de contagio porque el virus muere, pero en las primeras 48 horas, mientras se recoge la basura, se puede transmitir a quienes lo manipulan. Esto es una fuente de contagio de efecto geométrico, si consideramos que la persona que recoge la basura llevará el virus a su casa”, detalló.
Nuestro caso
Para ponerlo en contexto, según el Ministerio del Ambiente (Minam), un paciente covid produce 2 kilos diarios de residuos biocontaminados y si tomamos en cuenta los 14 días del tratamiento de esta enfermedad, entonces produce 28 kilos, los cuales se podrían multiplicar por tres o cuatro, de acuerdo al número de integrantes de la familia.
En Arequipa, en este momento —donde atravesamos la etapa de contagio más baja de la pandemia— se tienen identificados 9 000 casos activos de covid, los que de acuerdo a los cálculos del Minan, generan 18 toneladas diarias de residuos biocontaminantes. ¿Alguien sabe lo que esto significa?
Más residuos peligrosos
Si hablamos de residuos peligrosos que acaban en los botaderos, no debemos olvidar los deshechos de los consultorios odontológicos, tópicos, policlínicos populares y algunas clínicas pequeñas e incluso las farmacias, que ahora aplican inyectables.
Es más, Benigno Sanz, advirtió que no se tiene certeza de cómo se tratan los deshechos de los hospitales y postas de salud de la ciudad.
Impacto medioambiental
En cuanto al impacto de las mascarillas, las bolsas de plástico de primer uso, así como los recipientes de comida, cuyos deshechos aumentaron de manera significativa por la pandemia, los efectos ya se pueden observar en las cuencas de los ríos y el mar.
Por ejemplo, las mascarillas desechables y los guantes, se elaboran con fibra de plástico, principalmente polipropileno, que permanece en el medioambiente durante varias décadas, hasta convertirse en microplásticos cada vez más pequeños.
De acuerdo a la revista Environmental Advances, “una sola mascarilla puede liberar hasta 173 000 microfibras en el mar cada día”. Es por ello, que estiman que la cantidad de residuos plásticos en los océanos se triplicará en los próximos 20 años, según National Geographic.
Como sostiene Benigno Sanz, es evidente que hay mucha contaminación medioambiental a nivel global y nosotros somos responsables de ella. “Producimos excesos de elementos, sustancias y compuestos que acaban en los diferentes componentes de la naturaleza, como el agua, suelo y biodiversidad, y esa sobreacumulación genera desastres ambientales”, apuntó.
En este contexto, sostuvo que, en lugar de reclamar o echar la culpa a las autoridades o a otras personas por estos problemas, “deberíamos asumir nuestra responsabilidad de entender la problemática ambiental. Somos parte de la dinámica de los ecosistemas y su degradación es nuestra responsabilidad, por lo tanto, debemos dejar de contaminar”, afirmó.
En el caso de las mascarillas, la mejor opción es el uso de las de tela lavable y en el caso de requerir las desechables, se deben eliminar en bolsas de plástico selladas; y claro, debemos reducir la generación de residuos, en especial los de plástico.
EL DATO
La Defensoría del Pueblo en su informe N°. 24-2020-DP —de julio del año pasado—, recomendó al Ministerio de Salud y a los gobiernos regionales, garantizar “la inversión pública y/o privada necesaria para implementar la infraestructura de tratamiento y disposición final de los residuos biocontaminados”. A los gobiernos locales (municipios), pidió que adopten acciones de “gestión y manejo de residuos sólidos domiciliarios en forma diferenciada, para aquellas zonas donde se concentran hogares con pacientes covid”.