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El mercado laboral demanda profesionales con una mirada desde las humanidades

Instituciones y empresas buscan a quienes tengan la capacidad de entender mejor la realidad

La especialización en determinadas área del conocimiento humano propició el despegue de muchas profesiones vinculadas al desarrollo científico y tecnológico. Pero ahora, el mercado laboral no solo requiere de los mejores tecnólogos y especialistas en sus respectivas áreas, sino de aquellos que sean capaces de entender la realidad desde una “mirada más amplia”.

Este nuevo escenario, según Claudia Quiroz Pacheco, coordinadora de la Maestría en Humanidades de la Universidad Católica San Pablo, contribuye a revalorar la importancia de las disciplinas académicas relacionadas a la cultura humana, porque permiten comprender mejor a la persona como individuo y a la sociedad en su conjunto.

— En la actual coyuntura que vive el país, con esta pandemia, la crisis política y en medio de un proceso electoral, ¿cómo nos pueden ayudar las humanidades a vislumbrar un mejor futuro?

Además de lo bueno que brindan en sí mismas como conocimiento y apertura a la realidad, aportan algunas habilidades particulares. Una de ellas es la capacidad de desarrollar una mirada crítica de la realidad y reflexionar sobre ella. La historia, la literatura y el arte, por ejemplo, son una expresión de la cultura, de esa mirada de la sociedad que existe. 

En este contexto es posible reflexionar sobre lo que está pasando y cómo podemos hacer algo distinto para no tener siempre los mismos resultados. Esta capacidad para reflexionar nos ayudará a tomar decisiones bien ponderadas y críticas sobre lo que está ocurriendo. 

No es un secreto que en muchas instituciones y empresas, están en la búsqueda de profesionales que tengan esta mirada. Que no solo sean especialistas o tecnólogos en lo suyo, sino que ofrezcan la posibilidad de acercarse —a la sociedad— desde otras perspectivas, con mucha creatividad y decisión de servicio a la persona.

— En el plano electoral, por ejemplo, ¿las humanidades nos pueden enseñar a elegir mejor y pensar primero en el beneficio de la sociedad antes que en nuestros intereses particulares?

Así es, don Jorge Basadre, el gran historiador peruano, decía que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetir los mismos errores. Cuando uno crece en conocimiento es capaz de tener una reflexión para posteriores decisiones, eso aplica en el ámbito personal y de la misma sociedad.

— En el ámbito laboral, ¿cuál sería el valor agregado que pueden aportar los profesionales que opten por las humanidades?

Aquellas habilidades que uno adquiere cuando la mente se abre y se ensancha para entender mejor la realidad. No es un secreto que en muchas instituciones y empresas, están en la búsqueda de profesionales que tengan esta mirada. Que no solo sean especialistas o tecnólogos en lo suyo, sino que ofrezcan la posibilidad de acercarse —a la sociedad— desde otras perspectivas, con mucha creatividad y decisión de servicio a la persona. 

Esto ya es un pedido actual —del mercado laboral—, las personas que han estudiado humanidades tienen una mirada humanista del mundo.

Es increíble encontrar a profesionales de distintas especialidades que tienen el anhelo de búsqueda de respuestas que va más allá de su disciplina particular.

— Este siglo, dominado por el desarrollo de la tecnología de las comunicaciones y la globalización, ¿nos lleva a la necesidad de revalorar el aporte de las humanidades?

La ciencia, los avances de la tecnología y todo el conocimiento, necesitan ser comunicados, pero no solo como bagaje de información, sino que debe ir acompañado de una mirada crítica y reflexiva sobre su utilidad. 

Internet nos brinda mucha, mucha información, pero debemos discernir si todo es verdad o no. Porque se publica ahí, ¿adquiere la categoría de verdadero o válido?, o simplemente es una opinión y no es ciencia. Entonces, todo ese discernimiento viene cuando una persona abre su mente y es capaz de ponderar, reflexionar y de aprender algo más de lo que recibe de manera externa.

Una maestría para los tiempos actuales

Profesionales con una mirada más amplia para entender la realidad, es la exigencia del mercado laboral.

— ¿Qué tan relevante es estudiar una Maestría en Humanidades, como la que ofrece la Universidad Católica San Pablo, en los tiempos actuales?

Desde las humanidades descubrimos que las personas buscan un sentido último a todo lo que está ocurriendo —a su alrededor— y también sobre sí mismos. 

En sus carreras en las diferentes disciplinas, la búsqueda de respuestas últimas y el fundamento para comprender mejor la realidad es una ‘búsqueda auténtica’. Es increíble encontrar a profesionales de distintas especialidades que tienen el anhelo de búsqueda de respuestas que va más allá de su disciplina particular.

— Es decir, ¿ningún profesional está excluido para seguir esta maestría?

Absolutamente. Las humanidades están en el corazón de una universidad, en el sentido de que le otorgan fundamento a las cuestiones últimas de cada persona. La profesión o las disciplinas particulares son una formación para el aspecto laboral y las humanidades le abren la puerta a cualquier disciplina para profundizar mucho más sobre el sentido último de las cosas.

Una persona que se abre a todo lo que la realidad y el conocimiento tienen que decirle, podrá descubrir que hay otras miradas que deben ser tomadas en cuenta para entender lo que ocurre en la sociedad.

— ¿Qué debemos entender por este sentido último de las cosas?

Está relacionado a la razón de nuestra vida. Al ‘motor’ que mueve cada uno de nuestros actos. El ser humano busca la realización personal y el desempeño profesional es un medio para ello. Pero de lo que se trata es de ver el contexto de todo lo que nos rodea y la disciplina particular no es suficiente para entender la realidad, esta tiene otras dimensiones.

— En todo caso, ¿vivimos centrados en un solo aspecto de nuestros intereses y hemos dejado de ver ‘el bosque’, que es toda esa realidad que nos rodea?

A veces llegamos a eso por nuestra mirada fragmentada del mundo y del conocimiento. Hemos llegado a tanta especialización en un área —del conocimiento— que se ha dejado de ver toda la realidad que es conocida de diversas formas. 

Aquí uso una analogía del libro La ruta del encuentro de José Ángel Agejas —profesor de la Universidad Francisco de Vitoria—, que señala que la realidad es como un poliedro de diferentes caras, y cuando nos quedamos mirando solo una de ellas, perdemos de vista muchas otras perspectivas. Una persona que se abre a todo lo que la realidad y el conocimiento tienen que decirle, podrá descubrir que hay otras miradas que deben ser tomadas en cuenta para entender lo que ocurre en la sociedad.