Amazon, Microsoft o Samsung son los nombres de las primeras empresas que se vienen a la mente cuando se menciona el Internet de las Cosas (IoT).
Estos gigantes tecnológicos tienen grandes inversiones en esta tendencia, pero lo más interesante es que el Internet de las Cosas representa también una oportunidad para mejorar los procesos de empresas de cualquier tamaño y para impulsar nuevos emprendimientos en el Perú.
La proyección es que el Internet de las Cosas alcance pronto a un total de 100.000 millones de dispositivos conectados en todo el mundo, de acuerdo con la consultora International Data Corporation (IDC).
Todo este enorme mercado va mucho más allá de las refrigeradoras o las lavadoras inteligentes, porque se extiende también a las industrias de la minería, la agricultura o la salud.
Para entender cómo el Internet de las Cosas puede ayudar a tu empresa a mejorar sus procesos, reducir los costos de mantenimiento de los equipos y emprender en nuevas áreas, lo primero es tener claro las oportunidades detrás de este nuevo mercado. Por ello, muchos ven como una gran oportunidad estudiar una maestría en Internet de las cosas.
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La tecnología detrás del Internet de las Cosas, en realidad, está atada a los sensores y el potencial detrás de la enorme cantidad de data que producen estos dispositivos, hechos ahora en tamaños cada vez más diminutos.
El Internet de las Cosas puede usarse para cualquier clase de operaciones, servicios o productos. Esta tecnología constituye un mercado que movió 742.000 millones de dólares estadounidenses en todo el mundo durante el año pasado y que se espera que continúe con un crecimiento anual de 11,3 % hasta el año 2024, de acuerdo con la consultora de inteligencia de mercado IDC.
La verdadera utilidad es cómo estos datos pueden transformar la información que ayude a tu empresa a mejorar el despacho de mercancías, el control de inventarios o a reducir los tiempos de paralización de las maquinarias si perteneces al segmento industrial.
El espectro de industrias que ahora tienen sensores incorporados a sus procesos va desde la minería y la industria automotriz hasta otros sectores como la salud. En la agricultura se utilizan sensores en los cultivos, para que los agricultores puedan detectar con antelación si las condiciones climáticas favorecen la aparición de una plaga específica.
El Internet de las Cosas puede usarse para detectar cambios en la temperatura, la humedad o los niveles de los tanques y contenedores en la industria minera del Perú, por ejemplo. Aunque también ayuda a las mineras a automatizar sus procesos de producción, monitorear las maquinarias en uso y detectar variaciones en el consumo de energía.
Esto les ayuda a las empresas mineras a reducir a la mitad (55 %) los riesgos en sus operaciones y también a eliminar en más de un tercio (44 %) los tiempos muertos sin actividad y, por tanto, a maximizar sus ganancias.
Es cierto que los sensores pueden instalarse en cualquier clase de dispositivo o sumarse a cualquier servicio, pero la verdadera oportunidad de negocio está asociada a encontrar la utilidad directa para un segmento de un mercado o, incluso, para una industria completa, a través del procesamiento de los datos que recogen los sensores.
El diferencial para el mercado lo ofrecen aquellos profesionales capaces de personalizar el uso de una red de sensores y ofrecer mejoras concretas a una empresa. Puede ser desde una alerta para mejorar el mantenimiento de las maquinarias de una industria, hasta el manejo de los inventarios en los comercios minoristas.
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Aunque este tipo de estudios se relaciona principalmente con los ingenieros y especialistas en la Ciencia de la Computación, el Internet de las Cosas es una tecnología que facilita el desarrollo de soluciones digitales sin necesidad de ser un experto en Ciencias de la Computación o Informática.
Al contrario, cualquier profesional con curiosidad e interés en este tema puede adquirir las competencias necesarias para desarrollar las soluciones digitales que las empresas de hoy necesitan para aprovechar el Internet de las Cosas y que les ayudan a conseguir sus metas financieras y de operaciones en un menor tiempo.
De hecho, hay profesionales con experiencia como desarrolladores que conocen al fondo la tecnología y son capaces de desarrollar nuevos productos desde cero. Pero también está el perfil de los “integradores”, aquellos que conocen y manejan los elementos del IoT y pueden ver el problema y proponer soluciones de IoT para que los desarrolladores los implementen.
Si te ves innovando en el Internet de las Cosas, te invitamos conocer más acerca de la Maestría en el Internet de las Cosas que ofrecemos en la Universidad Católica San Pablo. Es una oportunidad que está al alcance de tus manos y que puede suponer un paso único en tu desarrollo profesional.