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¿Qué tan urgente es la transformación digital en el país?

Ayudaría no solo a realizar cualquier trámite on line, sino a enfrentar la pandemia del COVID-19

En Arequipa hasta el momento fallecieron más de 2370 personas a causa del nuevo coronavirus. Muchos de ellos perdieron la vida por no acceder a un balón de oxígeno, no recibir una atención oportuna, no acceder a una cama UCI e incluso, porque se desconocía su historia clínica para saber sus enfermedades preexistentes.

Si bien estos factores evidencian las deficiencias de nuestro sistema de salud, también ponen en relevancia la importancia de la trasformación digital en todos los ámbitos del Estado.

Pero, ¿qué tiene que ver la transformación digital con salvar la vida de un paciente? Veamos, si se contaba con toda la información digitalizada e integrada sobre la capacidad hospitalaria de Arequipa, tanto del Ministerio de Salud, EsSalud y clínicas privadas, se habría respondido de forma oportuna y coordinada ante la emergencia sanitaria generada por el COVID-19.

Es más, un registro único de diagnósticos facilitaría la atención médica de un paciente en una situación de emergencia en cualquier establecimiento de salud, público o privado. Pero hoy esto parece imposible. Y allí una vez más, tiene mucho que ver la transformación digital.

Para Gonzalo Fernández del Carpio, docente del Departamento de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones de la Universidad Católica San Pablo, “se habrían salvado muchas vidas durante la pandemia si se contaba con esta información integrada en el momento oportuno”. 

Es por ello que el también doctor en Ingeniería Telemática, destaca la urgencia de contar con un plan nacional de trasformación digital que sea concertado con el sector privado y sea sostenible en el tiempo, más allá de quien gobierne el país. 

“En el Perú el avance en este proceso es muy lento y nos encontramos rezagados a nivel mundial, e incluso dentro Latinoamérica”, apuntó.

Meses atrás, el Gobierno de Martín Vizcarra, presentó el diseño de la política nacional de transformación digital que incluye un conjunto de estrategias para poner la tecnología al alcance y servicio de todos los ciudadanos, sin embargo se desconoce si esta iniciativa seguirá vigente.

No obstante, más allá de si este sea el camino, impulsar la transformación digital en el país será muy útil no solo en la implementación de una plataforma digital para toda la gestión documental del Estado, sino para afrontar las consecuencias de la pandemia. El Gobierno acaba de admitir que estamos ante un rebrote del COVID-19 y se podrían disponer nuevas medidas de restricción “si la situación empeora”. 

Más eficiencia

En opinión de Gonzalo Fernández, la digitalización permitiría además ahorrar dinero al Estado al simplificarse los diferentes trámites dentro de la administración pública que requieren —por ahora— una actuación presencial del ciudadano.

En el caso de las familias y empresas, la digitalización les posibilitará ser más productivos y agilizar sus gestiones y procesos. “En las industrias se tendría una mayor capacidad para el teletrabajo y facilitaría la capacidad de movilización sin gastar en burocracia y procesos complicados”, detalló.

Acceso a Internet

El futuro es la digitalización de toda la gestión documental del Estado, pero estamos muy rezagados.

Gonzales Fernández también llamó la atención sobre el acceso a Internet en el país. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 70.3 % de la población de 6 y más años de edad accede a Internet, sin embargo Gonzalo Fernández aclara que hay familias que cuentan con un solo dispositivo con conexión (celular), en otros casos acceden de forma esporádica y en otros, la señal es muy débil. 

Esta problemática se agudiza más en los cinturones de pobreza de las ciudades y en las zonas rurales del país. Frente a ello, sostuvo que se requiere de un mayor despliegue de infraestructura de parte del Estado a fin de propiciar la inclusión a las tecnologías de la información.

Para ello se cuenta con el Fondo de Inversión en Telecomunicaciones (Fitel) que es financiado, principalmente, con el 1% de los ingresos brutos facturados por los diferentes operadores de telefonía del país, el cual debería focalizar su intervención para cerrar las brechas en la interconexión telefónica y de Internet.