El sector construcción fue uno de los últimos en adoptar más tecnología en sus procesos y metodologías para mejorar sus niveles de productividad. Por eso, la aplicación del Diseño Virtual y Construcción (VDC) y la filosofía Lean para la Construcción vienen a potenciar la gestión y manejo de recursos en esta industria.
Detrás de estas metodologías está una oportunidad única para que los arquitectos e ingenieros civiles y sanitarios conozcan cómo pueden aumentar la productividad de sus construcciones, a fin de generar más valor en los proyectos de sus clientes.
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Es una metodología que utiliza modelos virtuales de organización y procesos para simular los desafíos que se pueden presentar en los proyectos de construcción, antes de que se inicien las obras en el mundo real.
Suele decirse que implica “construir dos veces”, porque su finalidad es comprender los flujos de trabajo y los posibles escollos del proceso, para analizarlos y abordarlos en el mundo virtual antes de que se levanten las obras.
El Virtual Design and Construction (VDC por sus siglas en inglés) fue formulado por los profesores Martin Fisher y John Kunz en la Universidad de Stanford. Su implementación comenzó en Estados Unidos y los países escandinavos como Noruega y Suecia. Luego, el potencial de esta metodología comenzó a aprovecharse en las construcciones de Suiza, Singapur y en los últimos años, en el Perú.
Esta metodología integrada de proyectos permite que los equipos encargados del diseño, construcción y operación, se integren desde etapas muy tempranas de un proyecto. Esto ayuda a que las infraestructuras que se edificarán tengan un alto rendimiento y satisfagan las necesidades del cliente.
Su principal objetivo es que el dinero y tiempo invertidos en cada construcción obtengan los mejores resultados posibles y con ello, se reduzcan desperdicios, es decir: todo aquello que no genera valor al proyecto.
Este modelo de organización y gestión de procesos utiliza los siguientes elementos:
Centralizar toda la información del proyecto implica, necesariamente, el uso de tecnología. Por eso, componentes tecnológicos como el BIM (Building Information Modeling por sus siglas en inglés) son claves para la metodología VDC.
Su gran aporte es que permite manejar toda la información del proyecto en un modelo único y, a la vez, que se puedan visualizar y analizar cualquier cambio en la obra de una forma rápida y sencilla.
Su utilización facilita, por ejemplo, prever las complicaciones al momento de integrar las partes mecánicas, eléctricas y de plomería dentro de un mismo proyecto. De esta manera, los gerentes de proyectos cuentan con la data necesaria para establecer el mejor flujo de trabajo cuando se elabore el cronograma definitivo del proyecto.
El VDC plantea apoyarse en la tecnología para que, por ejemplo, los operarios y los supervisores de construcción no tengan que invertir 10% de su tiempo laboral diario en llenar las planillas de seguimiento de la obra.
Bajo este enfoque, los empleados pueden usar aplicaciones digitales para recolectar los datos y aligerar la recolección y carga de información sobre el proyecto.
Esto se traduce en un monitoreo en tiempo real de las métricas claves dentro de cada proyecto, como el porcentaje del plan cumplido, que permite tomar decisiones oportunas para cumplir con los tiempos previstos y evitar los temidos retrasos en la entrega final, ya que generan sobrecostos.
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Hacer compatibles cada una de las partes del proyecto es otro de los componentes centrales de esta metodología. Su visión es asegurarse de que la integración de las tareas y los cronogramas se hagan de la forma más eficiente posible.
Aquí es donde se suma el mayor aporte de la filosofía de Lean Construction al VDC, pues se trata de que todos los integrantes del equipo tengan una participación al momento de proponer soluciones a las complejidades de un proyecto. Con ello, se evita que trabajen en silos y se origine una pérdida de dinero, tiempo y otros recursos de valor para el cliente.
Al igual que sucede con otros enfoques de gestión de proyectos, el VDC propone darle más importancia a un conjunto de datos que permitan seguir el avance de la construcción.
Más allá del “Porcentaje de Avance de la Obra”, esta metodología trabaja con una serie de ratios que incluyen, por ejemplo, un indicador sobre cuántas horas – hombre se utilizaron para avanzar en cada metro cuadrado del proyecto o cuántas horas se consumieron en concretar un acuerdo entre los distintos equipos. Esta es información clave para cualquier líder de proyecto.
El Diseño Virtual y Construcción junto con la filosofía Lean para la Construcción, son aportes importantes para mejorar la productividad de las obras, pero conocerlas y manejarlas supone mucho más que un acercamiento teórico.
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