Expertos destacan la importancia de esta tecnología, que permite ‘imprimir’ todo lo que se necesite
¿Se imaginan a sus hijos pequeños fabricando sus propios juguetes?, no nos referimos a reciclar algún material o recurrir a un trabajo manual, sino a diseñar y producir, por ejemplo, el muñeco de su héroe favorito con algunos rasgos personalizados. Sí, esto es posible y gracias a la tecnología de impresión 3D.
Para seguir con nuestro ejemplo, bastará contar con una impresora de extrusión, que en el mercado se puede adquirir a un costo de 200 a 500 dólares y que podrá usar un material plástico, de acuerdo a sus preferencias, para obtener la réplica de esos costosos juguetes —made in China— que todo el mundo puede adquirir en algún mall, tienda o de manera virtual.
Pero la utilidad de la tecnología de Impresión 3D, no se limita a cosas tan simples como imprimir algún objeto que nos llame la atención. Si la complementamos con la fabricación digital, podremos obtener una réplica idéntica de cualquier objeto útil para el hogar, la industria, la medicina, etc.
Inicialmente la impresión 3D, estaba limitada al uso de resina o plástico como material para modelar, pero ahora se pueden emplear materiales con mejores propiedades mecánicas que los metales (en el caso de la industria pesada) e incluso, tejidos orgánicos (en el campo de la medicina).
Como señala el experto en Fabricación Digital y docente del Diplomado en Fabricación Digital e Innovación de la Universidad Católica San Pablo, Nilton Anchayhua, dependerá de la solución que necesitamos para elegir la tecnología adecuada para ello.
“El avance de la tecnología, hizo que podamos inventar nuevas formas de fabricación.
Por mucho tiempo se hacían diferentes piezas para la industria por sustracción de materiales, como el caso del uso de fresadoras y tornos. Ahora se creó otro tipo de manufactura aditiva, donde se adiciona materiales (impresión 3D) y se puede obtener una gran variedad de piezas y productos”, explicó.
Esta tecnología llegó al Perú hacia el año 2014. A nivel industrial, tuvo un avance muy lento y aún hoy en día, su mayor uso se da en la elaboración de prototipos. Muchas empresas e industrias adquirieron diferentes tipos de impresoras 3D, pero no sabían cómo utilizarlas a falta de profesionales capacitados para su uso. Este es un tema que aún no se resuelve del todo en el país, como reconoce Karol Bellido, especialista en Tecnología Educativa y Competencias Digitales.
“Lo que se evidencia, es la falta de cursos de capacitación para acceder al conocimiento y al uso de esta tecnología”, afirmó, la también docente del Diplomado en Fabricación Digital e Innovación de la Universidad Católica San Pablo.
No obstante, el uso de la tecnología de impresión 3D —como ya se mencionó— se puede extender a todos los sectores productivos y de servicios, desde la agricultura, industria, minería, textil, calzado, joyería, medicina, entro otros. El único requisito para implementarla, es introducir la innovación como parte de la cultura de trabajo en cada sector.
“En esta perspectiva, la tecnología de la impresión 3D en la fabricación digital, es clave para el emprendimiento y para la innovación. Somos un país emprendedor por necesidad más que por capacidad o habilidad y herramientas como esta nos ayudan a cultivar esa innovación”, señaló Karol Bellido.
EL DATO
En Arequipa, el rubro de joyería destaca en el uso de la tecnología en impresión 3D. Esto no solo permite reducir los tiempos de elaboración y ahorro en los materiales, sino que permite personalizar el producto de acuerdo a las preferencias del cliente.
Otro aspecto que impulsa el uso de esta tecnología, es la misma pandemia. Muchos emprendedores —obligados por la crisis económica— se reinventaron y encontraron en este campo, una oportunidad para incursionar en el diseño y producción de diferentes artículos como los protectores faciales.
Incluso con el uso de un scanner en 3D, se puede digitalizar cualquier objeto que se desee reproducir o modificar su diseño, con el uso de algún software para ello.
De la misma forma, se introdujo la cultura de convertirnos en productores de lo que necesitamos y aquí, la tecnología de impresión 3D, nos permite diseñar y fabricar lo que requerimos.
“Este es un cambio cultural, pues pasamos de usuarios a hacedores. Si quieres algo, diséñalo e imprímelo y para ello, se requiere hacer una transformación generacional para dejar de ser solo consumidores o usuarios y convertirnos en productores o generadores”, agregó Nilton Anchayhua.
Y el ejemplo, donde los niños puedan fabricar sus propios juguetes, es parte de esta transformación generacional que se debe incentivar. Por ende, si hoy en día las clases virtuales obligaron a la gran mayoría de hogares a adquirir una impresora, dentro de poco será indispensable contar con una impresora 3D.