Docente de Humanidades de la San Pablo advierte que nuevo gabinete ministerial, es parte de una estrategia política y no obedece a un cambio de rumbo del Gobierno.
La reconformación del gabinete ministerial de Pedro Castillo, en opinión del docente de Humanidades de la Universidad Católica San Pablo, César Belan, es parte de una estrategia política y no obedece a un cambio de rumbo al interior del Gobierno.
Según explicó, este aparente viraje en la gestión del Ejecutivo, obedece a una maniobra para contener la intención del Congreso de promulgar —por insistencia— la ley que regula la cuestión de confianza; y en caso de que este tema llegue al Tribunal Constitucional, crear un mejor escenario político para presionar a este ente máximo de interpretación de la Constitución.
Recordemos que la autógrafa de la norma que desarrolla la aplicación de la cuestión de confianza, fue observada por el Ejecutivo, cuando Guido Bellido aún era presidente del Consejo de Ministros; y el último sábado, la Comisión de Constitución del parlamento —en sesión extraordinaria—, aprobó el predictamen de insistencia. Ahora todo lo definirá el pleno del Congreso.
“La figura de Castillo bueno y Cerrón Malo no existe. Tampoco de que, esto se trata de Castillo tomando el control del Gobierno. Eso implicaría que Castillo tenga liderazgo y por lo mostrado en las actas de los consejos de ministros, no lo tiene. Los que tienen el control del Gobierno son otros”.
César Belan, docente de Humanidades de la Universidad Católica San Pablo
Entre tanto, Mirtha Vásquez —reemplazante de Bellido—, a través de su cuenta de Twitter, manifestó que esta insistencia “podría alterar el principio democrático de balance de poderes, lo cual afecta seriamente al Estado de Derecho”.
La premier admitió, además, que se debe revisar “la regulación de esta figura”, pero aclaró que debe hacerse en un proceso que garantice una “deliberación adecuada”, por ello anticipó una ronda de diálogos con las bancadas parlamentarias a fin de encontrar una “fórmula normativa equilibrada que disipe los temores y corresponda a las reglas democráticas”.
Cerrón sigue presente
Para César Belan, la designación de Mirtha Vásquez en la Presidencia del Consejo de Ministros, busca bajar la tensión política, así como crear una imagen de legitimidad y de respaldo popular a favor del gobierno de Perú Libre, luego de que no funcionó el “gabinete de choque” de Guido Bellido.
“Los cambios en el Consejo de Ministros, no son porque reconocen que le están haciendo daño a la economía del país, sino porque no les conviene insistir en esta confrontación política”, apuntó.
No obstante, dijo que la reconformación del gabinete, no se habría hecho sin el aval del líder y fundador de Perú Libre, Vladimir Cerrón —pese a que este se expresó en contra de la “caviarización del gabinete liderado por Vásquez”—, ya que todo esto respondería a la vieja receta leninista de “dar un paso atrás para avanzar dos”, a fin de reimpulsar más adelante el “cambio revolucionario” que pretenden hacer en el país.
“La figura de Castillo bueno y Cerrón Malo no existe. Tampoco de que, esto se trata de Castillo tomando el control del Gobierno. Eso implicaría que Castillo tenga liderazgo y por lo mostrado en las actas de los consejos de ministros, no lo tiene. Los que tienen el control del Gobierno son otros”, afirmó.
Belan sostuvo que Cerrón, sigue presente al interior del Ejecutivo a través de varios allegados o cercanos a Perú Libre, como el ministro del Interior, Luis Barranzuela (exabogado del partido de gobierno), la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, entre otros.
Rol de Vásquez
Ahora, con Mirtha Vásquez como premier, Belan consideró que podrían recurrir a la polarización política (usada en el gobierno de Martín Vizcarra), para ver al Congreso como un ente obstruccionista y que actúa al margen de la Constitución, si llega a promulgar la norma que restringiría el uso de la cuestión de confianza.
Incluso, anticipó que, al mostrar una imagen de un gabinete “más centrado, consensuado” y con mayor respaldo popular, podría no solo presionar al parlamento sino al Tribunal Constitucional, en caso se presente una acción de inconstitucionalidad en contra de la norma en controversia.
“Y si prospera todo esto, entonces el Gobierno retomará su táctica de sacar adelante la asamblea constituyente, al margen de la propuesta de recolección de firmas que va por otro lado”, finalizó.
EL DATO
Según la propuesta de interpretación de la cuestión de confianza (aprobada en el Congreso), esta puede ser usada por el Ejecutivo en materias de su competencia, “no encontrándose entre ellas, las relativas a la aprobación o no de reformas constitucionales ni las que afecten los procedimientos y las competencias exclusivas, y excluyentes del Congreso”.
El Gobierno observó esta propuesta porque “vulnera el principio de separación de poderes y las competencias del Poder Ejecutivo vinculadas a la formulación e implementación de políticas públicas”.